Sin embargo he llegado a la conclusión que el trasfondo de todo esto, es la libertad que se siente al amar, esa libertad de sentir que puedes hacer prácticamente todo, siempre y cuando ello no lesiones los derechos de tu prójimo; libertad, que no implica dejar de tener miedo, sino sobreponerse a él, es arriesgarse por lo que queremos, es la consecución de lo deseado.
No obstante en la realidad no vivimos
así, nuestra libertad se encuentra absolutamente limitada por diversas
consideraciones externas, información que nos hostiga y limita diariamente y
nos impide percibir que es lo que nuestras almas efectivamente quieren, qué es
lo que las hace verdaderamente libres.
©Hernán A. Núñez
No hay comentarios.:
Publicar un comentario