Señor mío Jesucristo que en mis
momentos de aflicción, soledad o tristeza sufres conmigo, también se que en mis
momentos de debilidad o pecado sufres más todavía y aun así no me desamparas,
por el contrario, me buscas y yo apenado te rechazo en vez de refugiarme en tus
brazos, de entregarte mi afligido corazón.
Padre amado, tanto nos quieres
que no te importó enviar a tu propio Hijo Jesús a inmolarse en la Cruz para que
nuestros pecados fuesen lavados con su Sangre Bendita, aun siendo Él inmaculado
y así poder estar nosotros más cerca de Ti en el Reino de los Cielos.
Espíritu Santo, Divino Paráclito,
tiempla mi espíritu para tener la fuerza de evitar el pecado y poder seguir la
Divina Palabra y poder servir a Dios como es su deseo, ayudando a mis
semejantes y poder alabar a Dios con un corazón contrito, abierto y sincero.
Te lo pido en el nombre de tus tres
Divinas Personas, aunque se que eres un solo Dios. En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo.