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domingo, 30 de diciembre de 2018

Oración a Dios que sufre



Señor mío Jesucristo que en mis momentos de aflicción, soledad o tristeza sufres conmigo, también se que en mis momentos de debilidad o pecado sufres más todavía y aun así no me desamparas, por el contrario, me buscas y yo apenado te rechazo en vez de refugiarme en tus brazos, de entregarte mi afligido corazón.

Padre amado, tanto nos quieres que no te importó enviar a tu propio Hijo Jesús a inmolarse en la Cruz para que nuestros pecados fuesen lavados con su Sangre Bendita, aun siendo Él inmaculado y así poder estar nosotros más cerca de Ti en el Reino de los Cielos.

Espíritu Santo, Divino Paráclito, tiempla mi espíritu para tener la fuerza de evitar el pecado y poder seguir la Divina Palabra y poder servir a Dios como es su deseo, ayudando a mis semejantes y poder alabar a Dios con un corazón contrito, abierto y sincero.

Te lo pido en el nombre de tus tres Divinas Personas, aunque se que eres un solo Dios. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

domingo, 10 de junio de 2018

El cuarto rey mago


Existe una leyenda de un cuarto rey mago, Artabán, que se perdió en camino al lugar donde nacería el Mesías y es ésta que a continuación te relato…


Artabán, junto a Melchor, Gaspar y Baltasar hizo planes para realizar el viaje en donde conocerían al Mesías y en donde entregarían sus respectivos regalos.



El cuarto rey mago, llevaba una gran cantidad de piedras preciosas (rubí, jade y diamante) para ofrecérselas al Niño Dios.



Camino al punto de reunión, se encontró con un anciano enfermo, cansado y sin recursos que necesitaba de sus cuidados, por lo que Artabán sin dudarlo le ofreció su ayuda.

Después de brindarle su apoyo al viejo, emprendió solo su camino hasta Belén, pero la sorpresa a su llegada, fue que el Niño Jesús ya había nacido y sus padres habían huido rumbo a Egipto, escapando de la matanza de infantes que había ordenado Herodes.
Artabán no bajó los brazos y en su camino encontró al ejército romano a quienes trató de detener en su encomienda porque los centuriones trataban de localizar al hijo de José y María y matarlo, los soldados lo detuvieron y fue condenado a treinta años de prisión en las cárceles del Imperio Romano.
A la salida del largo encierro, el cuarto rey mago siguió brindando ayuda en todos los lugares por donde pasaba sin pensar que el cargamento de piedras preciosas se iba reduciendo poco a poco.
Así pasaron 33 años, hasta que el cansado y viejo Artabán llegó al monte Gólgota donde crucificarían a un hombre de quien decían era el Mesías, enviado por Dios para salvar al mundo.
Mientras observaba el tumulto de gente, Artabán alcanzó a ver que una mujer era llevada a la plaza en donde sería vendida como esclava para liquidar la deuda de su padre; por lo que Artabán no dudó en entregar el último rubí que quedaba en su bolsa a cambio de la libertad de la mujer.
Desconsolado y triste se colocó junto a una casa, pero en ese justo momento la tierra tembló y una roca lo golpeó en la cabeza dejándolo moribundo.
Artabán agonizando pidió disculpas por no haber cumplido con la misión de adorar al Mesías, pero antes de morir, una voz le dijo: “Todo lo que hiciste por los demás lo has hecho por mí, pero te aseguro que hoy estarás conmigo en el reino de los cielos”.

miércoles, 6 de junio de 2018

El arquero y la flecha




El arquero para lanzar una flecha tiene que jalarla hacia atrás para luego lanzarla.





Asimismo es nuestra vida, a veces tenemos contratiempos o dificultades que nos impiden salir de inmediato en búsqueda de nuestros sueños y de buenas a primeras nos dejamos abatir por ello.



Pero eso no debe arredrarnos, pues esa aparente adversidad es la fase en que vamos a organizar la manera de conseguir lo que deseamos y que permitirá transformar ese aparente retroceso en una carga de energía para lanzarnos en pos de lo que queremos ya con un mejor enfoque. 
Aun ya en ese camino que salimos disparados hacia nuestro objetivo pueden surgir nuevos problemas en el camino, el viento, el mal diseño de la propia flecha, cualquier cosa que pueda desviarnos, eso no ha de ser obstáculo. Sólo hemos de enfocar nuevamente nuestra mira y hale! ahí vamos de nuevo. 


Entonces si, ya al enrumbarnos en alcanzar nuestra estrella, vayamos con decisión sin temor alguno y con fe de conseguir lo que tanto anhelamos, porque Dios es el Arquero que dispara la flecha de nuestras vidas para que demos en el blanco y poder alcanzar nuestra realización.

© Hernán Antonio Núñez

jueves, 31 de mayo de 2018

La muerte



Por que preocuparnos por la muerte,
si cada día morimos un poco más…
Más bien, preparémonos para la vida
que la muerte llega sola!
                                    
© Hernán Antonio Núñez