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viernes, 5 de diciembre de 2014

El gato y el tren


Una vez una gato jugueteaba por una vía para trenes, y estaba muy contento, saltaba de un riel al otro, distraído, tanto que no vio que un tren aproximándose a gran velocidad! Cuando se percató del mismo ya era demasiado tarde: ¡el tren le había cortado un pedazo de rabo!!!


El pobre gato miró para atrás y maullaba de dolor: -¡Mi rabo! dónde está mi rabo? me falta un pedazo-, miró hacia las rieles, sin fijarse que los otros vagones del tren  seguían pasando por la vía; ahí estaba su colita, y pensó -¡Nooo! ¿Cómo voy a dejar mi pedazo de rabo botado? ¡No puedo dejarlo ahí, ahora mismo voy y lo agarro!-


Dicho y hecho…, el pequeño felino, atribulado por la pérdida, y sin medir los riesgos, se volteó a recoger su pedazo de rabo y al meter la cabeza hacia los rieles, sin percatarse que justo en ese instante venía pasando el último vagón y ¡ZAS! …las ruedas del tren le mocharon la cabeza!!!



Moraleja: “Jamás pierdas la cabeza por un pedazo de rabo”…

Autor desconocido, adaptado por mi...

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