60 años, ¿quién lo diría?
60 años que ando aquí en mi tierra,
sin más riqueza que todo lo que me alegra,
mio también es el mar, el sol, la luna y las estrellas,
la brisa y el camino siempre van conmigo,
me acompañan hasta del mundo a su ombligo.
60 años, ¿quién lo diría?
Son casi veintiun novecientos días,
que decirlo se hace sencillo,
pero vivirlo ya es otro cantar,
supongo que no es sentarse a esperar
a que del Cielo caiga el maná,
pero a veces hay tanta dificultad
que hasta dan ganas de llorar.
Ya son 60 años, a los que jamás pensé llegar,
pero si Dios me los permitió transitar,
muchas gracias le quiero expresar,
con tiras y encoge ha sido mi vida,
procurando siempre que sea querida
la existencia que Él me regaló,
agradecido tambien a mi familia
que tanto de mi soportó,
mi madre, mi madrina, que ya no están,
Y como ellas dos de nuevo no nacerán,
mis hijos, mi amada esposa, alegran mi despertar.
Son 60 vueltas que le da la tierra al sol
más las que faltan, eso solo lo sabe Dios,
los años por venir dispuesto estoy yo
a meterle el pecho con pundonor,
permita el Todopoderoso que sea en sana paz,
cuando yo parta mis huesos no vayan a enterrar,
mejor mi cuerpo lleven a cremar
y mis cenizas con un árbol de bay-rum plantarán
y así a cualquier viandante,
mi regazo y olorosa sombra regalar.
© Hernán A. Núñez
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