A la caricaturista Rayma, días atrás, la botaron del diario El Universal por denunciar que la salud en Venezuela
está colapsada, ¿entonces si los médicos y enfermeras también protestan los
despedirán? Si los pacientes de los centros de salud salen a manifestar por las
precarias condiciones en que están, los despedirán también? ¿ya no serán más pacientes?
O sea que Venezuela será un
país de impacientes, ¡yo creo que sí!, de impaciencia para que este grupo de
corruptos caiga y pague por sus tropelías. ¡No se
puede tapar el sol con un dedo!, el oficialismo no puede negar que la salud de
los venezolanos de a pié es un caos (quizá no los grandes jerarcas, ellos van a
clínicas y médicos privados, pues tienen billete).
Pero en cambio este
gobierno títere no tiene para aumentarle el sueldo a nuestros médicos y
profesionales de la salud y solventar la deuda que tiene el estado con ellos
por concepto de prestaciones sociales y a los militares cada rato le aumentan y
le mejoran su condición social para tenerlos comiendo de la mano y ¿qué pasa
con la conciencia de esos personajes?
La escasez de medicinas, la
insuficiencia de insumos y materiales médicos, la gran cantidad de equipos de
diagnóstico y tratamiento que están dañados esperando reparación y la
pobre infraestructura hospitalaria que realmente dan ganas de llorar.
¿Todo ello acaso no es para el uso de los venezolanos que lo necesitamos?
Me viene a la mente un
cuento que escuché una vez de un rey déspota y cruel cuyo único deseo era
enriquecer sus arcas de dinero y joyas, sin importarle la miseria de su pueblo
y los pobres campesinos molestos le enviaron cartas de desagrado con un
emisario. Dicho rey cuando se enteró lo que decían las cartas mando a
fusilar al mensajero para que no le llevaran malas noticias… ¡menos mal que eso
solamente sucede en los cuentos!
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