Esta soledad que me tortura
cada vez mucho más grande,
ya estoy perdiendo la cordura
me siento desolado cual infante.
El reloj ya no tiene razón de ser,
y el tiempo
se detiene sin razón
ya casi no disfruto el amanecer,
en mi mente hay gran desilusión!
En mi existencia ya solo divagas,
mis brazos no te pueden abrazar,
y tiritan como aquel que naufraga
tu suave pelo no logran acariciar.
Mis ojos tristes se cierran sin querer
sin rumbo fijo y enfermo deambulo
ni las sombras me pueden sorprender
pasará mucho tiempo –eso calculo-.
De nuevo y con mi cuerpo a cuestas
tendré que reanudar mi vida hoy vacía
mis fuerzas cada vez mas depuestas
tendrán que luchar entre esa algarabía.
© Hernán
Antonio Núñez
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