-Yo soy Gaspar. Aquí traigo el incienso.
Vengo a decir: La
vida es pura y bella.
Existe Dios. El
amor es inmenso.
¡Todo lo sé por la
divina Estrella!
-Yo soy Melchor. Mi
mirra aroma todo.
Existe Dios. Él es
la luz del día.
La blanca flor
tiene sus pies en lodo.
¡Y en el placer hay
la melancolía!
-Soy Baltasar.
Traigo el oro. Aseguro
que existe Dios. Él
es el grande y fuerte.
Todo lo sé por el
lucero puro
que brilla en la
diadema de la Muerte.
-Gaspar, Melchor y
Baltasar, callaos.
Triunfa el amor y a
su fiesta os convida.
¡Cristo resurge,
hace la luz del caos
y tiene la corona
de la Vida!
Rubén Darío
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