Siempre admirables del
artista pío
con sus rasgos serán
las obras bellas:
la actitud, la
expresión adquiere en ellas
el ser que vive sobre
el mármol frío.
Aunque el tiempo
después las hiera impío
de su esplendor
conservarán las huellas;
son del arte las
nítidas estrellas
que en sí guarda del
genio el poderío.
Así, pues, tu
hermosura, oh monumento
de celestiales tipos,
se engrandece
y nos revela al
inmortal Artista.
Altérese o destruya,
en mí la siento;
señora es de mi alma,
e igual se ofrece,
ya joven o ya viejo,
ante mi vista.
Miguel Ángel Buonarroti.
Nota:
Michelangelo Buonarroti (Caprese, 6 de marzo de 1475 –
Roma, 18 de febrero de 1564), conocido en español como Miguel Ángel, fue un
arquitecto, escultor, poeta y pintor italiano renacentista, considerado uno de
los más grandes artistas de la historia, tanto por sus esculturas, como por sus
pinturas y obras arquitectónicas.
La obra cumbre del renacimiento, "La Piedad" del florentino Miguel Ángel Buonarroti. Éste artista inició la tarea encomendada a fines de agosto de 1498, con un proyecto bien claro, la escultura debía verse entera, de modo tal que podría mirarse desde todos los ángulos.
ResponderBorrarLa observación de la Escultura "la Piedad" deja a todos un sentimiento de admiración al sumo artista, quien supo modelar el mármol con su cincel, para crear esta maravillosa obra de arte, llena de sentimientos, de expresiones alusivas, y de técnica incomparable.
Su perfecta ejecución generó mucho asombro en toda la sociedad romana de aquel tiempo, hasta hubo quienes pusieron en tela de juicio su autoría, dudando que un escultor tan joven como Miguel Ángel hubiese podido esculpir una obra tan bien terminada. Esto produjo un ataque de furia en el artista, que impulsivamente grabó en la escultura (en la correa que cruza el pecho de la virgen) las siguientes palabras latinas:
"Michelangelus Bonarrotus Florentinus, faciebat" (Miguel Ángel Buonarroti, lo hizo).
La Piedad, es una composición piramidal y proporcionada, que muestra el cuerpo de Jesús muerto, bajado de la cruz y depositado sobre los numerosos pliegues de las amplias vestimentas que cubren el regazo de la virgen. El brazo derecho de Jesús cae inerte, en contraposición del brazo izquierdo de María que está libre, lleno de vida, mostrando consternación.
ResponderBorrarEl brazo derecho de la virgen sostiene el torso de Jesús. El rostro de Jesús (fotografiado en de medio perfil) muestra una expresión placida, casi descansada. Se interpreta como que Jesús cumplió su mandato en la tierra y su tranquilidad reemplaza todo signo de padecimiento físico durante su pasión.
La cabeza de la Virgen muestra una joven, bella y piadosa, mirando el cuerpo de su hijo muerto apoyado en los pliegues de sus vestiduras. Su expresión refleja una pena infinita y una gran ternura. El artista dio a María una juventud muy extrema comparándola con su hijo muerto, pero eso fue intencional; el escultor quiso representar la espiritualidad de la virgen como condición sobrenatural, la cual no tiene edad, y solo muestra una eterna belleza.