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miércoles, 16 de abril de 2014

Una asombrosa historia de amor


Dick  y su hijo Rick  Hoyt.

Esta historia comenzó en Winchester, Massachusetts, hace ya 52 años, cuando nació Rick Hoyt en el año de 1962.

De alguna manera se le enredó el cordón umbilical alrededor de su cuello, dañando su cerebro y sus extremidades. Los doctores lo diagnosticaron tetraplégico y con parálisis cerebral y  les dijeron a los padres de Rick que iba a permanecer en estado vegetativo el resto de su vida. Pero Dick Hoyt, el padre de Rick, notó la chispa los ojos de Rick y la manera en que su mirada le siguió por la habitación y en ese momento despertó su esperanza.



Cuando Rick cumplió 11 años de edad, lo llevó al departamento de ingeniería en la Universidad Tufts y preguntó si había algo para ayudar al niño a comunicarse. ”De ninguna manera,” le respondieron. “No ocurre nada en su cerebro.” ‘Cuéntale un chiste,’ le dijo Dick a uno de los ingenieros de la Universidad. Lo hicieron… y Rick sonrió.


Boston Bruins
Equipo de Hockey sobre hielo

Resulta que mucho ocurría en su cerebro. Lo llevaban a practicar trineo y natación y le enseñaron el abecedario, como a cualquier otro niño. Lograron crear un sistema en el que a través de un equipo, le permitió controlar el cursor al tocar un interruptor con el lateral de la cabeza, Rick finalmente pudo comunicarse, escribiendo a través del computador. Primeras palabras: ‘¡arriba Bruins!’ (era un famoso equipo local de hockey sobre hielo).


Después de un tiempo escuchó que un joven de secundaria había quedado paralizado en un accidente y la escuela organizó un maratón de caridad para él, Rick le logró escribir a su padre, -Papá, quiero participar-.
‘Sí claro’ le dijo el Papá de Rick de una manera sarcástica. ‘Jamás he corrido más de una milla seguida, ¿cómo voy a empujar a mi hijo cinco millas?’ Sin embargo, lo intentó... Después de la carrera, ‘parecía yo el minusválido, por dos semanas estuve adolorido como nunca antes’ dijo Dick el Padre.
Ese día cambió la vida de Rick por completo. -Papá,- Le escribió, en el monitor, -cuando estábamos en la carrera, pude sentir como si ya no era más discapacitado-.




Y esa frase cambió la vida de Dick. A partir de ese momento se propuso a darle a Rick ese sentimiento tan a menudo como pudiera. Logró desarrollar una condición física lo suficientemente fuerte que él y Rick estaban dispuestos a tratar de correr el Maratón de Boston en 1979.




“De ninguna manera”, le dijeron a Dick. Los Hoyt’s no eran un solo corredor, y que esta no era una carrera para gente en silla de ruedas. Así que, por los primeros años, Rick y Dick sólo se unían a la carrera en forma extraoficial corriendo de todos modos con el resto de la gente sin ser parte formal del evento.




Unos años después, encontraron la manera de entrar en la carrera oficial: En 1983, corrieron en otro maratón tan rápido que lograron hacer el tiempo requerido para calificar en la carrera de Boston al año siguiente. 




El día de hoy han hecho más de 212 triatlones, incluyendo cuatro agotadoras competencias de 15 horas en la famosa carrera de Ironman en Hawai.


Team Hoyt,
Rick  y Dick

Este año, (esto se escribió hace 9 años) con las edades 65 y 43, Dick y Rick terminaron su 24vo Maratón de Boston, llegando en la posición número 5083, en una carrera donde corren más 20,000 participantes. ¡Su mejor momento! Dos horas y 40 minutos en 1992, sólo a 35 minutos del récord mundial, que si te pones a pensar, ese tiempo fue logrado por una persona que empujaba a otro hombre en una silla de ruedas…


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