Hoy, 7 de
julio del 2013, es día de fiesta nacional familiar,
pues en esta fecha se cumplen dos años de haber
nacido, felizmente, Ibrahim Josué Cañizález Núñez, el último de mis
nietos (por ahora), hijo de nuestra hija Héylet y su
esposo Rubén.
Este hermoso bebé es, como
todo niño pequeño, muy tremendo, le encanta jugar
carritos, que él llama los “brrrrrrm”, le gustan
muchos las “viu viu” como le dice a las ambulancias,
carros de bomberos y todos aquellos vehículos que causan
ruidos ensordecedores con sus sirenas. También le gusta
jugar con sus muñecos, los gladiadores: Hulk, y el “pegapuños”, sus bebés (personajes
más débiles) quienes cabalgan “Yejaaaa” sobre
dinosaurios.
Este consentido de la casa hace
tremenduras pero tiene una gran maestría para
meterse a la familia y conocidos en el bolsillo, como decimos por aquí
coloquialmente. Su lenguaje no verbal es
extraordinario, es muy expresivo corporalmente, con lo que compensa su escueto vocabulario (cada vez más extenso).
Posee una asombrosa habilidad para
hacer caras, muecas, guiños, es un actor nato y lo disfruta,
parece descendiente de actrices y actores de teatro, le gusta cantar y bailar, ¡es más cómico!
Este pequeño personaje
hace las cosas “a la chita callando”, no hace
ruido alguno, cuando venimos a ver, ya la tremendura está hecha, y si
lo vieran, jejeje, pone la cara como una “pasita”. A la vez es
sumamente efusivo y cariñoso, te envuelve desde el primer
momento con sus cosas infantiles, es un primor, es… “mi nieto
menor”.
En este lindo día domingo,
pido a Dios que lo bendiga grandemente, al igual que a su hermano mayor Moisés, (que lo
soporta estoicamente) y a todos los niños del mundo,
locos chiquiticos que son el tesoro de sus padres y consentidos de sus abuelos.
¡Amén!
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