¡El Niño Dios ha nacido!
Si, el Todopoderoso se ha hecho hombre a través de su hijo y ha venido hasta nosotros. Abramos nuestro corazón al Niño Jesús y démosle calor en nuestro interior; Él nos ha traído regalos particulares a cada uno: Su palabra de vida de vida eterna.
Dispongámonos a escuchar,
entender, y sobre todo, practicar la Buena Nueva que hoy nos trae el hijo de
José y María. Dejemos que la estrella de Belén nos guíe siempre para no perder
el rumbo de este hermoso y Divino Niño teniéndolo tenerlo cerca constantemente.
Hagamos el mejor de los intercambios de regalos: pongamos nuestros pecados e imperfecciones a los pies del Niño Bendito y recibamos su amor, que nos limpie de adentro hacia afuera, reconozcámosle en el necesitado y obremos de acuerdo a su Palabra Divina.
Rindámosle tributo al
Mesías, como lo hicieron los pastores, gente humilde que fue a adorarlo;
procurémosle también ofrendas como los tres sabios del oriente, dándole nuestro
amor, nuestras buenas acciones y venerándole por sobre todas las cosas, pero no
olvidemos también amar a nuestro prójimo, ellos también son nuestros hermanos.
¡Feliz Navidad a todos!
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