En esta casa no hay
calendarios, y en mi memoria los recuerdos están hechos, una maraña. Me acuerdo
de aquellos calendarios grandes, unos primores, ilustrados con imágenes de
santos que colgábamos al lado del tocador, pero, ya no hay nada de eso, todas
las cosas antiguas se han ido desapareciendo, yo, yo también me fui borrando
sin que nadie se diera cuenta.
Primero me cambiaron de
alcoba porque la familia creció, después, me pasaron a otra más pequeña aún
acompañada de mis bisnietas, ahora ocupo el desván, el que está en el patio de
atrás, prometieron cambiarle el vidrio roto de la ventana, pero, se les ha
olvidado y todas las noches por allí se cuela un airecito helado que aumenta
mis dolores reumáticos.
Desde hace mucho tiempo
tenía intenciones de escribir, pero me pasaba semanas buscando un lápiz y
cuando al fin lo encontraba, yo misma volvía a olvidar dónde lo había puesto, ¡aaah,
a mis años las cosas se pierden fácilmente!
La otra tarde caí en
cuenta de que mi voz también había desaparecido, cuando le hablo a mis nietos ó
a mis hijos no me contestan, pero no me oyen, no me miran, no me responden,,
entonces, llena de tristeza me retiro a mi cuarto antes de terminar de tomar la
taza de café, lo hago así, de pronto para que comprendan que estoy enojada,
para que se den cuenta que me han ofendido y vengan a buscarme y me pidan
perdón, hmmm! pero nadie viene!
El otro día les dije que
cuando me muriera entonces si que me iban a extrañar, y, el nieto más pequeñito
dijo..... ah! y acaso estás viva abuela!!! Les cayó tan en gracia que no
paraban de reír, tres días estuve llorando en mi cuarto hasta que una mañana
entró uno de los muchachos a sacar unas llantas viejas y, psssst, ¡ni los
buenos días me dio! …entonces fue cuando me convencí de que soy invisible…
Me paro en medio de la
sala para ver si aunque sea estorbo, me miran, pero mi hija sigue barriendo sin
tocarme, los niños corren a mí alrededor de un lado a otro sin tropezar conmigo.
Cuando mi yerno se
enfermó, tuve la oportunidad de serle útil, le llevé un té especial que yo
misma preparé, se lo puse en la mesita y me senté a esperar que se lo tomara,
sólo que estaba viendo televisión y ni un parpadeo me indicó que se daba cuenta
de mi presencia, el té, poco a poco se fue enfriando y mi corazón, también.
Un viernes se alborotaron
los niños y me vinieron a decir que al día siguiente nos iríamos todos de día
de campo, y me puse muy contenta, hacía tanto tiempo que no salía y menos al
campo.
El sábado fui la primera
en levantarme, quise arreglar las cosas con calma... ah! Los viejos nos
tardamos muchos en hacer cualquier cosa, así que me tomé mi tiempo para no
retrasarlos, al rato entraban y salían de la casa corriendo y echaban las
bolsas y juguetes al carro, yo, ya estaba lista y muy alegre esperándolos en la
puerta...
Cuando arrancaron y el
auto desapareció envuelto en bullicio, comprendí que yo no estaba invitada, tal
vez porque no cabía en el auto ó porque mis pasos tan lentos impedirían que
todos los demás corretearan a su gusto por el bosque, sentí clarito, clarito,
como mi corazón se encogió, la barbilla me temblaba como cuando uno no aguanta
las ganas de llorar.
Antes, hasta besuqueaba a
los chiquitos, era un gusto enorme el que me daba tenerlos en mis brazos como
si fueran míos, sentía su piel tiernita y su respiración dulzona, muy cerca de
mí, la vida nueva se me metía como un soplo y hasta me daba por cantar
canciones de cuna que nunca creí recordar.
Pero un día, mi nieta Lucy que acaba
de tener un bebé, dijo que no era bueno que los ancianos besaran a los niños
por razones de higiene, ¡ya no me acerqué más! no fuera ser que les pasara
algo malo por mis imprudencias, tengo tanto miedo de contagiarlos, pero... ¡yo
los bendigo a todos... y los perdono... los amo porque son mi familia, son
mi sangre, y después de todo, que culpa tienen los pobres de que yo me haya
vuelto invisible!
Después de leer estas
líneas, sería bueno preguntarnos si nuestros ojos todavía ven, si nuestro
corazón todavía siente, y si ¿seguimos siendo humanos con las personas que nos
rodean, principalmente con nuestra familia?
Autor desconocido (Edición
mía)
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