Una alumna de un colegio faltó a clases por una semana. Otra compañera
empezó a rumorear que la primera no asistía a clases porque estaba embarazada y
se estaba practicando un aborto.
La maestra escuchó los comentarios y llamó a la muchacha a su oficina y
le dijo: -por favor, tráeme un vaso de agua bien lleno-. La estudiante se lo
trajo, la maestra le dijo: -tira toda el agua... al piso-, la muchacha titubeó,
pero al final obedeció.
Después de derramada el agua en el suelo, la maestra le dijo: -ahora,
recoge el agua del piso y ponla en el vaso-. “no se puede”, dijo la alumna, y
la maestra le repitió: -hazlo-; la alumna, con paños y servilletas, recogió
todo lo que pudo y sólo alcanzó a llenar medio vaso de agua, además estaba sucia.
La maestra le dijo a la alumna: -así es como ha quedado la fama y el
honor de tu compañera. Aún cuando quieras reparar el mal que has hecho, no
podrás hacerlo totalmente-.
Con cuánta facilidad, hablamos sin saber verdaderamente la realidad de
las cosas y sobre todo desconociendo la esencia sagrada de las personas que nos
rodean…
Qué inconsciencia mas grande, hacernos eco de rumores destructivos y malsanos…
¡Seamos más humanos, más solidarios!
Dice Lucas 6: 41 - 42
ResponderBorrar¿Y por qué te fijas en la pelusa que tiene tu hermano en un ojo, si no eres consciente de la viga que tienes en el tuyo?
¿Cómo puedes decir a tu hermano: -Hermano, deja que te saque la pelusa que tienes en el ojo-, si tú no ves la viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo para que veas con claridad, y entonces sacarás la pelusa del ojo de tu hermano.