Cuando el sol, con sus
rayos, adorna la tierra,
Y dora los mares y pinta la hierba
En tono armonioso me dice una voz…
Somos obras de Dios.
Y dora los mares y pinta la hierba
En tono armonioso me dice una voz…
Somos obras de Dios.
Cuando aves, en bosques, entonan sus trinos
Y alaban alegres al Ser que las hizo,
Me dicen gozosas con célica voz…
Somos hijos de Dios.
Cuando aspiro el perfume que exhalan las flores,
Tan bellas al día, tan puras de noche,
Los mundos millares que pueblan los cielos,
Me encuentro pequeño, y escucho su voz…
Cuando elevo hacia arriba mi vista y contemplo
La luna y estrellas que Tú has formado...
Cuando veo los cielos, obra de Tus manos,
Se deja sentir una voz a mi lado.
Cuando brilla la luna, y su luz blanquecina
Bañando lo creado, al mundo da vida,
Pienso en ti Padre, en tu amor tan inmenso
Que has dado a tu Hijo a morir cual cordero,
¡Te alabo, Señor! y voy de Ti en pos.
© Hernán Antonio Núñez
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