El toque de la mano del maestro
Un
anciano a causa de las deudas impagables que había adquirido, tuvo que subastar
los artículos de su casa. Se estableció la fecha y el lugar donde se realizaría
la subasta. En el día señalado se reunieron como ciento cincuenta personas para
ver las piezas que una a una mostraba el subastador. Como era lógico, el que
pagara más se quedaría con cada artículo.
Entre
las cosas que se vendían, había un viejo violín. El subastador abrió el estuche
y lo mostró tal como estaba, cubierto de polvo. Al exhibirlo el hombre dijo: -Este
violín tiene un precio base de diez dólares. ¿Quién da diez dólares por este
violín?-
Nadie
lo quería. Sin embargo, para no detener la venta, alguien dijo: «Yo los doy». El
subastador, con su forma y tono característicos, comenzó a contar «A la una, a
las dos... y ya estaba por dejar caer el martillo en el número tres, cuando de
repente un anciano se levantó y se abrió paso entre la gente.
Llegó
adelante y sacó el violín del estuche. Con su pañuelo le sacudió el polvo y le
afinó las cuerdas hasta llegar a su debida tonalidad. Luego puso el instrumento
en su hombro, y al acariciar las cuerdas con el arco, empezaron a salir del
viejo instrumento notas y tonalidades dulces y bellas que conmovieron
profundamente a toda la concurrencia.
Al
terminar su pieza musical, entregó el instrumento al subastador y, sin decir
nada, se bajó de la tarima y regresó a su puesto. El subastador levantó el
violín, y con un nudo en la garganta dijo con voz solemne:
-Ejem! Ahora, damas y caballeros, ¿cuánto dan por el viejo violín?- Alguien rápidamente manifestó: «Yo doy mil dólares». Otro dijo: «Yo doy dos mil». Un tercero expresó: «Yo doy tres mil».
-Ejem! Ahora, damas y caballeros, ¿cuánto dan por el viejo violín?- Alguien rápidamente manifestó: «Yo doy mil dólares». Otro dijo: «Yo doy dos mil». Un tercero expresó: «Yo doy tres mil».
Y
aquel violín por el que nadie quería pagar ni siquiera diez dólares… ¡se llegó
a vender hasta en tres mil!
¿Qué
fue lo que cambió el valor del viejo violín? La respuesta es evidente. Fue el
toque de la mano del maestro. Ese había sido el violín del anciano dueño de la
subasta, y fue él quien lo hizo sonar con tonalidades tan exquisitas que dejó a
todos extasiados.
¡Cuántos
hay perdidos en el mundo que aparentemente valen muy poco! El licor, las
drogas, la desidia, la deshonestidad, la desgracia, la baja autoestima, el adulterio, la hipocresía, el orgullo, etc.,
van disminuyendo la vida de una persona, ¡pero un día ocurre algo que cambia
completamente esa vida! …y el mundo se pregunta: ¿Qué fue lo que le pasó a ése
que iba por tan mal camino?
La
respuesta es siempre la misma:
QUIZÁS UN BREVE TOQUE DE COMPASIÓN AYUDE A MUCHAS PERSONAS A SALIR DE SU LETARGO. HAGAMOS QUE NOS VEAMOS EN NUESTRO JUSTO VALOR. Andrés Rodríguez
ResponderBorrarQ.LINDO PENSAMIENTO LO DEL VIEJO VIOLIN,ME GUSTO MUCHO,MUCHO,PERO INFINITAMENTE MUCHO MUCHO MAS LINDO ES CUANDO UNA PERSONA NO IMPORTA LA EDAD,SEA NIÑO,NIÑA,JOVEN,SEÑORITA O ANCIANO RECIBE AL SEÑOR JESUCRISTO COMO SU SEÑOR Y SALVADOR PERSONAL,PORQUE ENTONCES Y SOLO ENTONCES HABRÁ HALLADO LA VIDA ETERNA,PORQUE NO EXISTE OTRA MANERA DE OBTENERLA.VOY A SEGUIR HABLANDO U ORANDO A DIOS EL PADRE EN EL NOMBRE DE CRISTO POR TODAS LAS PERSONAS Q.AUN NO SE HAN CONVERTIDO A TRAVÉS DE LA FE EN CRISTO.SOY V.MANUEL CASTRO LOPEZ DE ALGUN LUGAR ALLI ALREDEDOR DE UNOS 20 O 25 MIL AÑOS LUZ DEL CENTRO DE NUESTRA VILLA LACTEA
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