INTRODUCCIÓN
Este ensayo es el primero de este tipo,
que nos fue asignado al grupo por el profesor de la asignatura. La materia fue
expuesta magistralmente en clase, en forma de conferencia, con parcas y
ocasionales intervenciones de los estudiantes del curso.
El tema trata de una corriente
filosófica denominada “Positivismo”,
enmarcada en un contexto histórico y filosófico de la historia de la humanidad,
que surgió en el siglo XIX, en contraposición al pensamiento feudalista; en el
cual la Iglesia y Dios tenían un carácter de supremacía y la contemplación
religiosa y dogmática, eran principios y valores ineludibles de los individuos
de la sociedad.
Esta filosofía acompaña el nacimiento y
afirmación de la organización técnico-industrial de donde se refundan los
principios y valores burgueses; es interesante conocerla y tomar posición, en
tanto que estamos inmersos en una sociedad cuyos integrantes pugnan por
conseguir una forma de vida más equitativa y con una concepción social de mayor
armonía.
Esta investigación nos va a permitir
(en forma muy somera) comparar, comprender y evaluar, con respecto a otras
corrientes del pensamiento humano, la diversidad de criterios ideológicos y
racionales, que pueden privar de manera subyacente algunas veces y otras con
una marcada imposición cultural, en las sociedades a través de la historia.
Entre las fuentes utilizadas contamos con apuntes tomados
en la clase del profesor, además de obras bibliográficas propuestas por el
mismo, otras buscadas por cuenta propia, y de Internet, entre otros.
Los criterios utilizados para su selección son obvios:
todos los contenidos tienen explicaciones conexas con la esencia de esta teoría
del pensamiento positivista decimonónico, que aun dos siglos después se
mantiene vigente en gran parte del mundo.
Quedará de nuestra iniciativa y albedrío seguir indagando
sobre los problemas filosóficos que circundan esta teoría del conocimiento y
seguir mejorando los conocimientos sociales que ya iniciamos en “La casa que
vence las sombras”.
I. RESEÑA BIOGRÁFICA
Hace más de dos siglos nació en Montpellier Francia, Isidoro
Augusto María Francisco Javier Comte, el 18 de Enero del 1798, en el
seno de una familia humilde de un funcionario menor. Desde muy chico fue reacio
a la religión católica tradicional y también rechazaba las doctrinas
monárquicas.
Desde joven demostró excelentes habilidades matemáticas (siendo
tan solo un adolescente de 16 años enseñaba a otros coetáneos suyos); luego ingresa
a la elitista Escuela Politécnica, en la capital francesa (1814-1816), y fue
expulsado con otros estudiantes al participar en un revuelta (al proporcionar
una calurosa bienvenida a Napoleón Bonaparte, a raíz de la Batalla de los Cien
días), acusándosele de republicanismo e indisciplina.
Regresa a su ciudad natal y cursa medicina; va de nuevo a
París para seguir sus estudios, haciendo traducciones mientras tanto para
subsistir. Por 1817 conoce al teórico socialista Claude Henri de Rouvoy, Conde de Saint-Simon, de quien sería, un
año después, secretario y colaborador hasta el año 1824, cuando rompen por
diferencias de criterios ideológicos; sin embargo las ideas reformadoras de
Saint-Simon dejarían su huella en Comte, lo cual se nota en algunas de sus
obras.
A partir de ese momento dedica su vida a estructurar un
pensamiento particular, procurando ganar adeptos en su entorno social. Durante
dos años se dedica a dar lecciones privadas para sobrevivir a las condiciones
deplorables de vida que tenía a nivel económico.
En el año 1826 comenzó a dar cursos privados de su
filosofía positiva al público en general pero prominentemente a personas
preclaras en el saber. Desajustes mentales le impiden seguir impartiendo dichos
cursos, que continúa luego de tres años; un año después (1830) sale a la luz el
primer volumen de su Curso de filosofía
positiva (la obra completa consta de seis tomos y toda su publicación tardó
doce años).
Además de los emolumentos que recibía por los cursos de
filosofía que dictaba, también instruía en astronomía, aunado al importe que le
podían devengar sus publicaciones, sin embargo, todo ello era insuficiente para
mantener unas condiciones mínimas de vida decorosa, por lo que acepta el puesto
de examinador en la Escuela Politécnica (donde había estudiado anteriormente),
al no lograr ingresar como docente en la universidad.
John Stuart Mill, un amigo suyo, lo beneficiaba con
subsidios que recogía desde Inglaterra. Una infeliz unión conyugal terminó,
como era de esperar, en separación. Luego, en 1845, se enamora platónicamente de
Clotilde de Vaux, quien fallecería un año después. Éste efímero amor lo marcó de
tal manera, que el culto a la mujer amada se reflejó en sus obras posteriores.
En 1842 publicó su Tratado
elemental de geometría analítica; en 1844 su Tratado filosófico sobre la astronomía popular y su Ensayo sobre el espíritu positivo; de
1851 a 1854 su Sistema de política
positiva; el 1854 sale el Catecismo
positivista; en el 1856 La síntesis subjetiva
o el sistema universal de las ideas relativas al estado normal de la humanidad.
Aun cuando esta gran cantidad de escritos no le granjeó un
escalafón social, si le consiguió cierto renombre, principalmente del célebre
sabio Emile Littré, quien acogió con beneplácito y difundió ampliamente los
preceptos e ideas de este movimiento positivista.
Hacia finales de los 40 se funda la sociedad positivista. Más
personas adoptaban sus ideas filosóficas, llegando a constituirse casi en un religión
irreverente, una especie de culto (no a una deidad) hacia el hombre histórico: la humanidad, con sus santos y todo
(científicos, pensadores, etc.), lo que Comte observaba con buenos ojos; sus ritos
subsisten todavía en Francia y Brasil.
Fue un genio (que literalmente, rayaba en la demencia)
huraño, de arduo trato; tal como son la generalidad de pensadores que se toman a
pecho el cometido de transformar un orden establecido en la sociedad, inclusive
a nivel global. Muere muy pobre en París, donde vivió el mayor tiempo de su
vida, el 5 de Septiembre de 1857.
II. DEFINICIÓN
DEL POSITIVISMO
Es una teoría del conocimiento que sostiene que la verdadera fuente del
saber son los hechos, la experiencia y la observación: detallada, continua,
objetiva, predictiva y causal de esos fenómenos experienciales, mediante la
aplicación de los pasos del método
científico (lo cual se considera universal), guiado por la razón analítica.
Es
el nombre dado a una corriente filosófica, cuyo rasgo primordial es el ideal de
una fundamentación en el conocimiento
científico (sin elementos teológicos o metafísicos), basada únicamente en
el análisis hipotético-deductivo de los datos empíricos del mundo físico.
Conocimiento Científico
Es un saber sistemático, racional, metódico, lógico,
objetivo, autocrítico, empírico y se basa en los pasos del método científico.
Método Científico
El método científico, es una reflexión metódica sobre el
proceso de producción del conocimiento científico y es: empírico, analítico, hipotético y deductivo.
Pasos del Método Científico
1. Elección del tema o problema. Puede ser libre o impuesto:
1.1. Libre. Si es espontáneo, Que le parezca importante o que toque sus fibras.
1.2. Impuesto. Cuando ha sido asignado por un profesor, un superior o un tercero.
2. Delimitación del problema. En esta etapa, ya el problema resulta ser un objeto de la investigación
científica, en la cual es necesario delimitar:
2.1. La ubicación espacial o geográfica.
2.2. En el tiempo.
2.3. Su precisión epistemológica.
Debemos ser concretos, específicos y precisos al circunscribir
el tema escogido.
3. Referencia al marco teórico
Se debe investigar la esencia y el contexto del tema, en un
conjunto de conceptos, categorías y nociones que permitan pensar la situación
planteada o el problema. Para ello es necesario apoyarse en una buena
bibliografía, con argumentos relacionados con la esencia de lo que se indaga.
4. Hipótesis
Es un enunciado o planteamiento de solución posible y debe
ser consecuencia directa de un adecuado marco teórico.
Junto a los datos contrastados se va hilando metodológicamente,
aferrándose a una verdad lógica, que va guiando la investigación hasta tener
una conclusión.
5. Recolección de datos
Es posterior a la hipótesis, en la cual se va elaborando un
esquema provisional y una programación de lo que se inquiere, permitiendo ahora
una referencia empírica.
6. Contrastabilidad de datos
En esta fase se confrontan los datos recogidos con la
hipótesis formulada, para verificarla e ir redactando lo que será la parte
conclusiva o final.
7. Conclusión. Esta debe ser abierta y temporal:
7.1. Abierta, porque debe ser sometida a toda crítica, inclusive la propia.
7.2. Temporal, porque debe ser susceptible de modificarse posteriormente.
Al positivismo, sus detractores, le critican que sus
principios niegan todo lo ideal, abstracto o metafísico, lo que permite ir mas
allá de las experiencias. Que trunca la inteligencia del hombre, reduciendo la
ciencia a pura nomenclatura, colección de hechos, observación y formulación,
sin ningún espíritu.
Asimismo afirman, quienes mantienen posiciones distintas, que
no todas las experiencias son reales, aun cuando nuestros sentidos así lo
aprecien (ilusiones ópticas, trucos de magia, confusión mental, etc.) y por el
contrario, muchos científicos han llegado a conclusiones concretas utilizando,
a veces, la abstracción y/o métodos no verificables o “medibles”.
III. CARACTERÍSTICAS
DEL POSITIVISMO
En general, la ciencia positiva, se puede caracterizar por:
·
Empirismo: la experiencia, la observación de los fenómenos intersubjetivamente
controlables, de fuente de conocimientos objetivos. El empirismo constituye una
actitud científica relativamente pasiva, moderadamente abierta al
experimentalismo, es decir, a la invención, la provocación, construcción de
experiencias que suponen, en general, técnica, mediante una vigorosa interacción
con la naturaleza.
·
Descriptivismo: el saber positivo es fundamentalmente
comprobante: una ley sólo es la fórmula general de una regularidad natural,
pues la observación permite comprobar que hasta el presente, un acontecimiento
o un hecho de tipo y sigue siempre a un acontecimiento o un hecho. La ciencia
positivista no pretende tanto explicar los fenómenos naturales (lo que implica
el recurso a la noción discutible de "causa") como describirlos.
· Abanderamiento antimetafísico: la formulación nomológica de regularidades
fenomenales no va más allá de una hipótesis prudente a propósito de lo
observable. No da intervención a nociones metafísicas relativas a la naturaleza
profunda de las cosas o a sustancias que estén "detrás" de los
fenómenos o los hechos observables y ni siquiera a la noción de causalidad. El
positivismo es nominalista, rechaza la hipóstasis de abstracción o de entidades
no observables empíricamente.
·
Relativismo: no se puede extrapolar (en todo caso, sólo
con gran prudencia y a modo de hipótesis), ni mucho menos absolutizar. Nada
permite afirmar que en el futuro se verificarán las regularidades naturales que
se ha comprobado hasta ahora, ni que las leyes astronómicas que se han
enunciado a partir de la observación del sistema solar sean válidas más allá de
éste.
·
Pragmatismo:
«Saber para poder con el fin de proveer». El valor del saber científico,
positivo, consiste en su eficacia y en su utilidad social. Las "creencias
científicas", aun cuando, en términos absolutos, no sean más verdaderas
que las otras (en el sentido de conformidad a la naturaleza profunda de las
cosas), son, por el momento, las mejores en lo que concierne a la supervivencia
y a la organización de la vida de los hombres en sociedad.
· Consensualismo: la organización social y el mejoramiento de
las condiciones de existencia exigen la paz. Ahora bien, las ciencias que han
llegado al estado positivo y se caracterizan por un método no violento para
regular los conflictos de opinión que, en la mentalidad religiosa y metafísica,
son interminables o se dirimen de manera dogmática y hasta con violencia
física. El espíritu positivo permite regular los diferendos de manera pacífica
y consensuada por todos los que aceptan someterse a la regla de la observación
empírica, objetiva, es decir, repetible y compartida. Lo que ha de poner fin a
las discusiones es la comprobación de los hechos y no la ley del más fuerte ni
del más hábil. Ese consensualismo pacífico es un modelo para regular los
conflictos entre los seres humanos, sean los que fueren.
·
Estatismo: es mitigado y se refiere sobre todo a las ciencias que han llegado al
estado positivo, para las cuales Comte no espera ya ninguna revolución. Estas
ciencias se contentan con acrecentar o precisar un conjunto de leyes del que ya se ha adquirido lo esencial.
Por tanto, todas las transformaciones profundas que ocurran en matemáticas, en
lógica o en física quedan al margen de la perspectiva del positivismo. Su
concepción de la ciencia positiva es cerrada, doctrinaria: sólo requiere una
exposición sistemática en un tratado enciclopédico. Únicamente algunas ciencias
–como la biología o la sociología– tienen todavía mucho que evolucionar hacia
el estado positivo, que es el estado superior o adulto final.
IV. HISTORIA DEL
POSITIVISMO (ANTECEDENTES)
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, el romanticismo
que caracterizaba al idealismo alemán comienza a perder vigencia. El
positivismo pretende “atenerse a los hechos” y toma a la ciencia experimental
como modelo de toda racionalidad.
Paradójicamente, muchos positivistas, que bien pudieran ser
considerados románticos, han exaltado a la ciencia y a la humanidad en su
capacidad de producir ciencia. Hay quienes incluso, afirman que el positivismo
es una suerte de “romanticismo de la ciencia”.
La forma más antigua de positivismo
se basa en el pensamiento filosófico del francés Augusto Comte. Es posible que sea él quien mejor represente esa
corriente de pensamiento, tanto que podría ser considerado su fundador; aunque
hay conceptos comunes que también manejan pensadores de la talla de: Bacon,
Hume, Kant y Saint-Simon, entre otros.
Hay en esta filosofía una relación notable con el empirismo, en tanto valoran la
información que proviene de la experiencia; pero también hay una clara diferencia:
el positivismo lo considera, sin lugar a dudas, un realismo (los sentidos toman contacto con la realidad, y las leyes
de la naturaleza expresan con conexiones “reales” y no simplemente abstracciones
subjetivas).
Para Comte esta filosofía de vida es una
respuesta al pensamiento medieval (que se centraba en Dios), su intención
principal consistía en liberar al hombre de las "estorbos" del mito y
la tradición y en este aspecto concordaba parcialmente con Francis Bacon, quien intentó recoger los primeros resultados de la
revolución industrial.
Pero el positivismo fue también un
intento para remediar los conflictos sociales de esa época tan convulsionada. Era
necesario para lograr tal reforma una nueva organización del saber y una nueva
epistemología, que llevase al hombre a una ilustración guiada por la razón.
Comte consideraba necesaria la desaparición de una visión
cósmica tradicional, de corte teológico, en beneficio de la racionalización de
todos los procesos relacionados con la vida del hombre.
Orden y progreso
Éstas son premisas de la filosofía Comtiana, las cuales
poseen una clara intención de reforma social en el contexto de las secuelas de
la Revolución Francesa. Comte afirma que la reforma de la sociedad no se puede
realizar exitosamente sin una reforma teórica.
Augusto Comte contrapone el orden a la revolución, lo
cual lo aproxima a los filósofos del movimiento Restaurador; pero se separa de
ellos a buscar el orden en el progreso y no de regreso al pasado.
Ley de los tres estados
"Consiste esta
ley que en cada una de nuestras concepciones principales, cada rama de nuestros
conocimientos, pasa sucesivamente por tres estados teóricos diversos: el estado teológico o ficticio; el estado metafísico o abstracto; el estado positivo o científico. (...) En
el estado teológico, el espíritu
humano, la dirigir esencialmente sus investigaciones hacia la naturaleza íntima
de los seres, las causas primeras y finales de todos los efectos que percibe,
es una palabra, hacia los conocimientos absolutos, se representa los fenómenos
como producidos por la acción directa y continuada de agentes sobrenaturales,
más o menos numerosos, cuya intervención arbitraria explica todas las aparentes
anomalías del universo. En el estado
metafísico, que no es en el fondo sino una simple modificación general del
primero, se substituyen los agentes sobrenaturales por fuerzas abstractas... En
fin, en el estado positivo, es
espíritu humano, reconociendo la imposibilidad de obtener nociones absolutas,
renuncia a buscar el origen y el destino del universo y a conocer las causas
íntimas de los fenómenos, para dedicarse únicamente a descubrir, mediante el
empleo bien combinado del razonamiento y de la observación, sus leyes
efectivas." [1]
El positivismo ha ejercido una gran influencia en el
pensamiento después del siglo 19. Los grandes creadores de la ciencia natural han
transitado por rumbos positivos. En la historia de la cultura Venezolana, el
positivismo clásico está notablemente presente. Se puede hablar de dos
generaciones de pensadores genuinamente positivas. La primera se inicia con
Adolfo Ernst (1848-1928) y A. Rojas (1826-1894).
La segunda generación la constituyen los discípulos de
Ernst y de Villavicencio. En la actualidad ya no podemos ser positivistas
clásicos, la experiencia de dos grandes guerras nos han enseñado que el
progreso de la ciencia y la tecnología de por si no hace feliz ni moralmente
bien a nadie. Nuestro problema consiste en la creación de una nueva moral que
sea aceptable para la mentalidad científica y de consenso universal.
V. IMPORTANCIA DEL POSITIVISMO EN LAS CIENCIAS
SOCIALES
El término positivo
es una manera especial de filosofar, examinar las teorías de cualquier orden,
es decir, la filosofía positiva se ocupa del estudio de los fenómenos sociales
considerando los resultados de la actividad de nuestras facultades
intelectuales, nos proporciona el único medio verdadero y racional. La doctrina positivista se interesa por la
reorganización de la vida social para el bien de la humanidad a través del
conocimiento científico y a su vez el control y dominio de las fuerzas
naturales. Los componentes principales
del positivismo son la filosofía y el programa en conductas individual y
social, la cual se traduce en una fusión bajo el concepto de una religión, siendo
en realidad la humanidad el objeto del culto.
El positivismo, científicamente, no admite otros
conocimientos como válido, sino los que proceden de la fenomenología,
rechazando toda noción previa y todo concepto total y absoluto.
Es la única realidad científica, y la experiencia y la
inducción, los métodos exclusivos de la ciencia. Es una teoría de historia y un intento de
construir una teoría de la sociedad humana, es decir una Sociología. Cada ciencia pasa inevitablemente por esta
fase que de ningún modo hace falta representar como un conjunto de prejuicios
estériles, sino precisamente como la forma embrionaria del saber. La mente humana cae en interrogantes sobre la
naturaleza oculta de las cosas, saber el por qué de las cosas; es un estado de intermedio entre el teológico
y el positivo, en él se siguen buscando los conocimientos absolutos, intenta
explicar la naturaleza de los seres, su esencia, sus causas, en el estado
positivo, a través de él se explica la realidad mediante la observación y la experimentación,
busca la explicación de los hechos por medio de la formulación de las leyes y
prescinde de la metafísica.
El espíritu positivo tiene que
fundar un orden social. La constitución
de un saber positivo es la condición de que hay una autoridad social suficiente
y esto refuerza el carácter histórico del positivismo.
Comte, fundador de la Sociología, intenta llevar al estado
positivo el estudio de la humanidad colectiva, es decir, convertirlo en ciencia
positiva. Él valora altamente el papel
organizador de la iglesia católica, en la época metafísica, corresponde la
influencia social a los legistas, es la época de la irrupción de las clases
medias, el paso de la sociedad militar a la sociedad económica, es un período
de transición, crítico y disolvente, el protestantismo contribuye a esta
disolución. Por último, al estado
positivo corresponde la época industrial, regida por los intereses económicos y
en ella se ha de restablecer el orden social, y este ha de fundarse en un poder
mental y social.
La idea de la reforma social
Comte, reflexiona sobre la Francia
contemporánea y le lleva a la convicción de que era indispensable una reforma
de la organización social y que era necesaria una reforma de las ciencias;
reformada permite fundar las ciencias no existentes de la sociedad, sin la cual
es imposible reconstruir unificadamente la vida social.
Durante las épocas de organización
de las sociedades estaban orientadas hacia la conservación de las cosas; la
sociedad era considerada como una entidad supra-individual que posee valores
propios con respectos a los individuos; la sociedad era considerada como la
totalidad que no poseía autonomía ya que estaba regida por otros valores que
eran muy escasos, pero que fueron superados a medida que se fueron afianzando
en su identidad hasta llegar a un progreso justo.
Comte, desea el rescate de la
naturaleza orgánica que cambias los modos del pensamiento y su desarrollo
intelectual, con el fin de que la humanidad se insertase a una sociedad
positiva, para así poder restaurar todo aquello que se venía arrastrando desde
la sociedad feudal, para así centrarse en el individuo, es decir, con una
organización espiritual que tendría fundamentos no sólo en los dogmas
teológicos y creencias cristianas, sino precisamente en la ciencia.
© Hernán Antonio Núñez
e-mail: hernan_nunez2004@yahoo.com
© Hernán Antonio Núñez
e-mail: hernan_nunez2004@yahoo.com
BIBLIOGRAFÍA
BURK I., Filosofía, Ediciones
Insula, Caracas-Venezuela 1985
COMTE A., Curso de Filosofía Positiva, Editorial Aguilar Argentina S.A.,
Buenos Aires-Argentina 1973
KOLAKOWTSKI L., Filosofía
Positivista,
MARCUSSE H., Razón y Revolución,
Editorial Alianza, Madrid-España 19848
MARÍN M., El Positivismo y las
Ciencias Sociales, Argentina 1998
http://www.cibernous.com/autores/comte/teoría/biografía.htm
[15/07/2005]
http://www.caminantes.metropoloiglobal.com/web/filosofía/positivismo.htm
[18/07/2005]
http://www.catedras.fsoc.uba.ar/rubinich/biblioteca/biografia.hml
[19/7/2005]
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