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viernes, 10 de mayo de 2013

¿Cómo es el amor?


Ni el pintor más encumbrado de la historia, ni el poeta más romántico del mundo, ni el músico más virtuoso que haya existido, ni el mejor escultor de todas las épocas puede hacerlo, yo diría más: Ningún alma humana puede explicarlo.

Puede, sin embargo, sentirlo, pues es un sentimiento inherente al ser humano, derivado de nuestro Creador, quien nos hizo por amor, inclusive por amor entregó a su hijo como cordero para que nosotros pudiéramos ser salvados del fuego castigador.


Decía un amigo mío, ...más que amigo, un hermano, el muy querido y siempre recordado Tomás Quintana, de quien tuve muchas enseñanzas a través su ejemplo de vida, alguien que que casi toda su vida la puso al servicio de sus semejantes, aunque ya no está con nosotros en este plano, pero su amor permanece hoy día, un ángel que amó como Dios manda, que para saber cómo es el amor hay que sentirlo, disfrutarlo, ...hasta sufrirlo.


Es como un mango, decía, ¿cómo explicarle a una persona que no lo conoce? ¿Qué le puedo decir, que la concha es amarilla y a veces roja si está maduro, qué debajo de la piel tiene una carne jugosa, amarilla y sabe muy dulce, qué es muy nutritivo y delicioso?

Es más fácil darle el mango y que sea él quien experimente en si mismo su sabor, su color, su textura, ¿no es cierto? Eso mismo hizo Dios con nosotros, de primero nos creó a su imagen y semejanza, luego nos legó el amor con que nos creo y nos dejo un mandato divino: 

¡Amen a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismos!

© Hernán Antonio Núñez


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