de la tarde,
se moría...
Yo te quise,
Flor de Mayo,
tú lo sabes;
¡pero Dios no lo quería!
Las olas
vienen, las olas van,
cantando
vienen, cantando irán.
Flor de Mayo
ni se viste
ni se alhaja
ni atavía;
¡Flor de Mayo
está muy triste!
¡Pobrecita,
pobrecita vida mía!
Cada estrella
que palpita,
desde el cielo
le habla así:
«Ven conmigo
Florecita,
brillarás en
la extensión igual a mí.»
Flor de Mayo,
con desmayo,
le responde:
«¡Pronto iré!»
Se nos muere
Flor de Mayo,
¡Flor de Mayo,
la Elegida, se nos fue!
Las olas
vienen, las olas van,
cantando
vienen, llorando irán...
«¡No me
dejes!», yo le grito;
«¡No te vayas,
dueño mío:
el espacio es
infinito
y es muy negro
y hace frío, mucho frío!»
Sin curarse de
mi empeño,
Flor de Mayo
se alejó,
y en la noche,
como un sueño,
misteriosamente
triste se perdió.
Las olas
vienen, las olas van,
cantando
vienen, ¡ay cómo irán!
Al amparo de
mi huerto
una sola flor
crecía:
Flor de Mayo,
y se me ha muerto...
Yo la quise,
¡pero Dios no lo quería!
Amado Nervo
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